domingo, 17 de marzo de 2013

La devoción al Rosario


La devoción al Rosario siempre fue favorecida por los Pontífices romanos y merece distinción especial la palabra del Papa León XIII, que determinó a todas las parroquias del mundo que el mes de Octubre fuese dedicado a la recitación del Rosario. Su Santidad exaltó las calidades del Rosario cuando dice: 

"...no es meramente una oración vocal, pero una repetición de oraciones que crean un clima de contemplación, que permite la meditación de los grandes misterios de nuestra fe a la medida que nosotros oramos cada grupo de diez Avemarías del Rosario." 


La Iglesia por la voz de sus Pastores confiere a sus victorias más grandes a la recitación misericordiosa del Rosario de NUESTRA SEÑORA. Por esa razón, la gratitud de la Cristiandad es expresada por los Pontífices: 
el Papa Urbano IV : "Por el Rosario, todos los días, baja del Cielo una lluvia de bendiciones en lo pueblo Cristiano".
El Papa Sixto IV habló: "El Rosario es la oración oportuna para honrar a DIOS y la VIRGEN MARIA, así como para mover para muy lejos los peligros inminentes del mundo". 
El Papa Pío V dijo: "Extendiendo esta devoción entre los Cristianos, propiciará a ellos, la meditación de los misterios inflamada por estas oraciones, y para que, ellos empezarán a se cambiar en otro hombre, mientras la oscuridad de las herejías desaparecerá y extenderá la luz de la fe católica". 
El Papa León XIII habló: "...de modo que, recitando bien el Rosario, nosotros sentimos en nuestra alma una unción suave, como si oyésemos la propia voz de la MADRE celestial, que de manera encantadora nos enseña los Misterios Divinos y nos indica el camino de la salvación".
El Papa Juan Pablo II han hablado:"Con el Rosario, las personas Cristianas frecuentan la "Escuela de MARIA" y introduce a si propio en la contemplación de la belleza de lo rostro de CRISTO y en la experiencia de la profundidad de SU amor". 
El Papa Juan Pablo II también habló: "El Rosario es el resumen de la Biblia. En él nosotros meditamos, en cada Misterio, todos los pasajes bíblicos: los Misterios de la Felicidad (los Gozosos - del Anuncio del Ángel al encuentro del Niño JESÚS en el Templo); los Misterios de la Luz (los Luminosos - del Bautismo de JESÚS a la Institución del Sacramento de la Eucaristía); los Misterios de la Dolor (los Dolorosos - de la Agonía de JESÚS en el jardín a SU Crucifixión); y los Misterios de la Gloria (los Gloriosos - de la Resurrección de JESÚS a la coronación de NUESTRA SEÑORA en el Cielo)."


En el año 1204, Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Sacerdotes Dominicanos también denominados de Padres Plegadores, se preocupaba con los pequeños resultados que sus misioneros celosos conseguían, a pesar de un trabajo de predicación pública exhaustiva y perseverante. La herejía del Albigenses infestó el sur de Francia y extendió en todas las áreas con gran publicidad. Ellos pretendían difundir una doctrina que afirmaba que existían dos dioses: uno del bien y otro del mal. El dios bueno fue quien creó todo lo espiritual, mientras que el dios malo fue quien creó todo lo material. En consecuencia, para los albigenses todo lo material era malo, incluyendo el cuerpo. Esto significaba que JESÚS, al hacerse hombre y tener un cuerpo, no podía ser bueno y por consiguiente no podía ser DIOS. Además, los albigenses también negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de DIOS; se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias.
NUESTRA SEÑORA amablemente y siempre llena de generosidad apareció a Santo Domingo y le enseñó a orar el Rosario, como la forma mas eficaz de combatir la herejía y convertir el corazón de las personas. Domingo de Guzmán y sus misioneros acogerán con entusiasmo la orientación Divina y todos los días oraran el Rosario con gran fervor. Así, ellos han adquirido resultados admirables en la lucha contra los herejes y en la conversión de millares de personas que aceptaran las enseñanzas de la Iglesia.



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