SANTO ROSARIO (GOZOSOS)






LECTOR-2:


Toda oración puede rezarse de prisa de tal modo que aun cuando hayamos orado mucho, al final no habremos tenido un encuentro personal con Jesús y María. Si oramos así, estaremos perdiendo el tiempo. Orar es como encontrarnos con un amigo. Si nunca tenemos tiempo para él; si el tiempo que le dedicamos es demasiado corto; y si le hablamos de mal modo; habremos condenado a ésta relación a morir. Es importante, dedicar el tiempo suficiente y ponerle atención al rezo del rosario porque Dios oye más la oración del corazón que la de los labios.












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Santo Rosario.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición.


Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Tú quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedes castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.



Señor, ábreme los labios.

Y mi boca proclamará tu alabanza.


Dios mío, ven en mi auxilio.

Señor, date prisa en socorrerme.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.





Contemplamos los Misterios Gozosos.
PRIMER MISTERIO: La Encarnación del Hijo
de Dios.




María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?”
El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.” (Lc. 1, 34-35)

Ofrecemos este Misterio por todas las madres, especialmente por las que están tentadas al aborto.


Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.



Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.



IDIOMA………………………

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.


 Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.



Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.



Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ave María purísima



sin pecado concebida

María Madre de Gracias, Madre de misericordias, en la vida y en la muerte ampáranos Señora y Madre Nuestra, Amén.


Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tú Divina Misericordia.




SEGUNDO MISTERIO: La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.




“¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de
alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque
lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. (Lc. 1,43-45)




Ofrecemos este Misterio por los sacerdotes y por el aumento de vocaciones.





Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.


Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.


IDIOMA………………

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.


Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.



Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.



Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ave María purísima






sin pecado concebida

María Madre de Gracias, Madre de misericordias, en la vida y en la muerte ampáranos Señora y Madre Nuestra, Amén.


Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tú Divina Misericordia.


TERCER MISTERIO:
El Nacimiento del Hijo de Dios.


Cuando los ángeles los dejaron, los pastores se decían unos a otros: “Vamos derechos a Belén a ver eso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor”. Fueron corriendo y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les habían dicho de aquel niño.            (Lc. 2, 15-17)


Ofrecemos este Misterio por los niños recién nacidos.



Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.


Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.




IDIOMA………………

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.





Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.




Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.




Ave María purísima



sin pecado concebida

María Madre de Gracias, Madre de misericordias, en la vida y en la muerte ampáranos Señora y Madre Nuestra, Amén.


Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tú Divina Misericordia.





CUARTO MISTERIO:
La Presentación de Jesús en el templo.

Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto a tu Salvador”. Su padre y su madre estaban admirados de las cosas que se decían de Él. (Lc. 2,28-30-33)



Ofrecemos este Misterio por la paz en todo el mundo.



Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.


Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.



IDIOMA………….
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.




Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.




Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.



Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ave María purísima



sin pecado concebida

María Madre de Gracias, Madre de misericordias, en la vida y en la muerte ampáranos Señora y Madre Nuestra, Amén.


Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tú Divina Misericordia.



QUINTO MISTERIO: El Niño perdido y hallado en el Templo.




Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén, por la fiesta de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta, según la costumbre, y cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en
Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. (Lc. 2,41-43)



Ofrecemos este Misterio por los padres y madres que sufren por sus hijos.




Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

IDIOMA…………………..

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.


 Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Ave María purísima



sin pecado concebida

María Madre de Gracias, Madre de misericordias, en la vida y en la muerte ampáranos Señora y Madre Nuestra, Amén.


Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, y lleva al cielo todas las almas, especialmente las más necesitadas de tú Divina Misericordia.




LETANÍAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Señor, ten piedad.
 Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
 Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial.
Ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo.
Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo.
Ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios.
Ten misericordia de nosotros.

Santa María,                        Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.





Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.


Perdónanos, Señor.



Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.


 Escúchanos, Señor.


: Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.


Ten piedad de nosotros.


Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.


Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Te pedimos, Señor, nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos librados de las tristezas presentes y gocemos de la eterna alegría. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

Amén.






Por las Intenciones del Santo Padre:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.





Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.



Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.



(SALVE)

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!



Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


AVE MARÍA PURÍSIMA.

SIN PECADO CONCEBIDA.




Que Nuestra Señora de Fátima, cuyo ruego poderoso es Gracias y bendición, ruegue por nosotros.

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