El mensaje
de Fátima es una escuela espiritual de salvación y reparación por los pecados
propios y ajenos.
Fue abierta
y presentada, en su esencia, por el Ángel de la Paz; desarrollada, en toda su
exigencia, por Nuestra Señora, y practicada de manera heroica, por los tres
Pastorcitos.
Hoy, esta
sublime doctrina, es vivida por innumerables almas que procuran alcanzar la
meta: el Cielo.
El contenido
de este Mensaje comprende:
-la
Consagración y Reparación al Corazón Inmaculado de María.
-la oración
continua-rezo diario del Santo Rosario.
-el
sacrificio- principalmente en el fiel cumplimiento del deber cotidiano.
Las oraciones
enseñadas por el Ángel y por Nuestra Señora, en Fátima, así como la
Consagración, ayudan a cada alma a vivir y a profundizar el espíritu de
reparación.
Primera Aparición del Ángel
No recuerdo exactamente los datos, puesto que en aquel tiempo no sabía nada de años, ni de
meses, ni tampoco de los días de la semana. Me parece que debe haber sido en la
primavera de 1916 que nos apareció el Ángel por primera vez en nuestro “Loca de
Cabeco".
Como ya he
escrito en el relato sobre Jacinta, subimos con el ganado al cerro arriba en
busca de abrigo, y después de haber tomado nuestro bocadillo y dicho nuestras
oraciones, vimos a cierta distancia, sobre la cúspide de los árboles,
dirigiéndose hacia el saliente, una luz más blanca que la nieve, distinguiéndose
la forma de un joven transparente y más brillante que el cristal traspasado por
los rayos del sol. Al acercarse más pudimos discernir y distinguir los rasgos.
Estábamos sorprendidos y asombrados.
Al llegar
junto a nosotros dijo:
–No temáis.
Soy el Ángel de la Paz. ¡Orad conmigo!
Y
arrodillado en tierra inclinó la frente hasta el suelo, e imitamos llevados por
un movimiento sobrenatural y repetimos las palabras que le oímos decir:
–Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido
perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Después de repetir esto tres veces se levantó y dijo:
–Orad así. Los Corazones de Jesús y de María están
atentos a la voz de vuestras súplicas.
Y
desapareció.
La atmósfera
sobrenatural que nos envolvió era tan densa, que casi no nos dábamos cuenta
durante un largo espacio de tiempo de nuestra propia existencia, permaneciendo
en la posición en que el Ángel nos había dejado repitiendo siempre la misma
oración. Tan íntima e intensa era la conciencia de la presencia de Dios, que ni
siquiera intentamos hablar el uno con el otro. Al día siguiente todavía
sentimos la influencia de esa santa atmósfera que iba desapareciendo sólo poco
a poco.
No decíamos
nada de esta aparición, ni recomendamos tampoco el uno al otro guardar el
secreto. La misma aparición parecía imponernos silencio. Era de una naturaleza
tan íntima, que no era nada fácil hablar de ella. Tal vez por ser la primera
manifestación de esta clase su impresión sobre nosotros era mayor.
Segunda Aparición del Ángel
La segunda
aparición tiene que haber ocurrido sobre mitad de verano, cuando debido al gran
calor, llevamos los rebaños a casa hacia mediodía para regresar por la tarde.
Pasamos las
horas de la siesta en la sombra de los árboles que rodeaban el pozo en la
quinta llamada Arneiro, que pertenecía a mis padres.
–De pronto
vimos al mismo Ángel junto a nosotros.
–¿Qué estáis haciendo? ¡Rezad! ¡Rezad mucho! Los
Corazones de Jesús y de María tienen sobre vosotros designios de misericordia.
¡Ofreced constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo!
–¿Cómo hemos
de sacrificarnos? –pregunté.
–De todo lo
que pudierais ofreced un sacrificio como acto de reparación por los pecados por
los cuales Él es ofendido, y de súplica por la conversión de los pecadores.
Atraed así sobre vuestra patria la paz. Yo soy el Ángel de su Guardia, el Ángel
de Portugal. Sobre todo, aceptad y soportad con sumisión el sufrimiento que el
Señor os envíe.
Estas
palabras hicieron una profunda impresión en nuestros espíritus como una luz que
nos hacía comprender quién es Dios, cómo nos ama y desea ser amado, el valor
del sacrificio, cuánto le agrada y cómo concede en atención a esto la gracia de
conversión a los pecadores. Por esta razón, desde ese momento, comenzamos a
ofrecer al Señor cuanto nos mortificaba, no buscando jamás otros caminos de
mortificación y penitencia sino los de quedar durante horas con las frentes
tocando el suelo, repitiendo la oración que el Ángel nos enseñó.
Tercera Aparición del Ángel
Me parece
que la tercera aparición debe haber sido en octubre o a fines de septiembre,
porque ya no volvíamos a casa para el descanso del mediodía. Como ya he escrito
en el relato acerca de Jacinta, pasamos un día desde Pregueira (un pequeño
olivar propiedad de mis padres) a la cueva llamada Lapa (Loca de Cabeco),
caminando alrededor del cerro al lado que mira a Aljustrel y Casa Velha. Allí
decíamos nuestro rosario y la oración que el Ángel nos enseñó en la primera
aparición.
Estando allí
apareció por tercera vez, teniendo en sus manos un Cáliz, sobre el cual estaba
suspendida una Hostia, de la cual caían gotas de sangre al Cáliz. Dejando el
Cáliz y la Hostia suspensos en el aire, se postró en tierra y repitió tres
veces esta oración:
–Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del
mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él
mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del
Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores.
Después, levantándose, tomó de nuevo en la mano el Cáliz
y la Hostia. Me dio la Hostia a mí y el contenido del Cáliz lo dio a beber a
Jacinta y Francisco, diciendo al mismo tiempo:
–Tomad el Cuerpo y bebed la Sangre de Jesucristo,
horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad
a vuestro Dios.
De nuevo se postró en tierra y repitió con nosotros
hasta por tres veces la misma oración: Santísima Trinidad, etcétera, y
desapareció.
Impulsados
por la fuerza de lo sobrenatural que nos envolvía imitamos al Ángel en todo,
esto es, postrándonos nosotros como él y repitiendo las oraciones como él
decía. Tan intensamente sentimos la presencia de Dios, que estábamos
completamente dominados y absorbidos por ella. Parecía que por un tiempo
bastante largo estábamos privados de nuestros sentidos corporales. Durante los
días siguientes nuestras acciones estaban impulsadas del todo por este poder
sobrenatural. Por dentro sentimos una gran paz y alegría que dejaban el alma
completamente sumergida en Dios. También era grande el agotamiento físico que
nos sobrevino.
No sé por
qué las apariciones de Nuestra Señora producían en nosotros efectos bien
diferentes. La misma alegría íntima, la misma paz y felicidad, pero en vez de
ese abatimiento físico, una cierta agilidad expansiva; en vez de ese aniquilamiento
en la divina presencia, un exultar de alegría; en vez de esa dificultad en
hablar, un cierto entusiasmo comunicativo.
LAS APARICIONES DE NUESTRA
SEÑORA
Primera Aparición
Domingo, 13 de mayo del año
1917
Estando
jugando con Jacinta y Francisco en lo alto, junto a Cova de Iría, haciendo una
pared de piedras alrededor de una mata de retamas, de repente vimos una luz
como de un relámpago.
–Está
relampagueando –dije–. Puede venir una tormenta. Es mejor que nos vayamos a
casa.
–¡Oh, sí,
está bien! –contestaron mis primos.
Comenzamos a
bajar del cerro llevando las ovejas hacia el camino. Cuando llegamos a menos de
la mitad de la pendiente, cerca de una encina, que aún existe, vimos otro
relámpago, y habiendo dado algunos pasos más vimos sobre la encina una Señora
vestida de blanco, más brillante que el sol, esparciendo luz más clara e
intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina atravesado por los
rayos más ardientes del sol.
Nos paramos,
sorprendidos por la aparición. Estábamos tan cerca que quedamos dentro de la
luz que la rodeaba o que Ella irradiaba, tal vez a metro y medio de distancia.
Entonces la Señora nos dijo:
–No tengáis
miedo. No os hago daño.
Yo la
pregunté:
–¿De dónde
es usted?
–Soy del cielo.
–¿Qué es lo
que usted me quiere?
–He venido
para pediros que vengáis aquí seis meses seguidos el día 13 a esta misma hora.
Después diré quién soy y lo que quiero. Volveré aquí una séptima vez.
Pregunté
entonces:
–¿Yo iré al
cielo?
–Sí, irás.
–¿Y Jacinta?
–Irá
también.
–¿Y
Francisco?
–También
irá, pero tiene que rezar antes muchos Rosarios.
Entonces me
acordé de preguntar por dos niñas que habían muerto hacía poco. Eran amigas
mías y solían venir a casa para aprender a tejer con mi hermana mayor.
–¿Está María
de las Nieves en el cielo?
–Sí, está.
Tenía cerca
de dieciséis años.
–¿Y Amelia?
–Pues estará
en el purgatorio hasta el fin del mundo.
Me parece
tenía entre dieciocho y veinte años.
–¿Queréis
ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros
como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la
conversión de los pecadores?
–Sí,
queremos.
–Tendréis,
pues, mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os fortalecerá.
Diciendo
estas palabras, la gracia de Dios, etc., la Virgen abrió sus manos por primera
vez, comunicándonos una luz muy intensa que parecía fluir de sus manos y
penetraba en lo más íntimo de nuestro pecho y de nuestros corazones,
haciéndonos ver a nosotros mismos en Dios, que era esa luz, más claramente de
lo que nos vemos en el mejor de los espejos. Entonces, por un impulso interior
que nos fue comunicado también, caímos de rodillas, repitiendo humildemente:
–Santísima
Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento.
Después de
pasados unos momentos Nuestra Señora agregó:
–Rezad el
Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra.
Acto seguido
comenzó a elevarse serenamente subiendo en dirección al Levante hasta
desaparecer en la inmensidad del espacio. La luz que la circundaba parecía
abrirle el camino a través de los astros, motivo por el que algunas veces
decíamos que vimos abrirse el cielo.
Segunda
Aparición
Miércoles,
13 de junio
Después de
rezar el rosario con otras personas que estaban presentes (unas cincuenta)
vimos de nuevo el reflejo de la luz que se aproximaba, y que llamábamos
relámpago, y en seguida a Nuestra Señora sobre la encina, todo como en mayo.
–¿Qué es lo
que me quiere? –pregunté.
–Quiero que
vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el rosario todos los días
y que aprendáis a leer. Después diré lo que quiero además.
Le pedí la
curación de una enferma. Nuestra Señora respondió:
–Si se
convierte se curará durante el año.
–Quisiera
pedirle que nos llevase al cielo.
–Sí, a
Jacinta y a Francisco los llevaré en breve, pero tú te quedas aquí algún tiempo
más. Jesús quiere servirse
de ti para darme a conocer y amar. Quiere establecer en el mundo la devoción a
mi Inmaculado Corazón. A quien le abrazare prometo la salvación y serán
queridas sus almas por Dios como flores puestas por mí a adornar su Trono.
–¿Me quedo
aquí solita? –pregunté con pena.
–No, hija. ¿Y tú sufres mucho por eso? ¡No te
desanimes! Nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino
que te conducirá a Dios.
En este
momento abrió las manos y nos comunicó por segunda vez el reflejo de la luz
inmensa que la envolvía. En esta luz nos veíamos como sumergidos en Dios.
Jacinta y Francisco parecían estar en la parte de la luz que se eleva hacia el
cielo y yo en la que se esparcía sobre la tierra. Delante de la palma de la
mano derecha de Nuestra Señora estaba un corazón rodeado de espinas que
parecían clavarse en él. Entendimos que era el Corazón Inmaculado de María,
ultrajado por los pecados de la humanidad, que quería reparación.
Esto es a lo
que nos referíamos al decir que Nuestra Señora nos había contado un secreto en
junio. Ella no nos mandó en aquella ocasión guardarlo como secreto, pero nos
sentíamos impulsados por Dios a hacerlo así.
Francisco,
muy impresionado con lo que había visto, me preguntó después:
–¿Por qué es
que la Virgen estaba con un corazón en la mano irradiando sobre el mundo
aquella luz tan grande que es Dios? Tú, Lucía, estabas con Ella en la luz que
bajaba a la tierra y Jacinta conmigo en la que subía hacia el cielo.
–Es que –le
respondí– tú, con Jacinta, iréis en breve al cielo. Yo me quedo con el Corazón
Inmaculado de María en la tierra.
Tercera Aparición
Viernes, 13 de julio
El Gran
Secreto.
Momentos
después de haber llegado a Cova de Iría, junto a la encina, entre numeroso
público (unas 4.000 personas) que estaban rezando el rosario, vimos el rayo de
luz una vez más y un momento más tarde apareció la Virgen sobre la encina.
–¿Qué es lo
que quiere de mí? –pregunté.
–Quiero que
vengáis aquí el día 13 del mes que viene, y continuéis rezando el rosario todos
los días en honra a Nuestra Señora del Rosario, con el fin de obtener la paz
del mundo y el final de la guerra, porque sólo Ella puede conseguirlo.
Dije
entonces:
–Quisiera
pedirle nos dijera quién es, y que haga un milagro para que todos crean que
usted se nos aparece.
–Continuad
viniendo aquí todos los meses. En octubre diré quién soy y lo que quiero, y
haré un milagro que todos han de ver para que crean.
Aquí hice
algunos pedidos que ahora no recuerdo. Lo que recuerdo es que Nuestra Señora
dijo que era preciso rezar el rosario para alcanzar las gracias durante el año.
Y continuó:
–Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, y
especialmente cuando hagáis un sacrificio: “¡Oh, Jesús, es por tu amor, por
la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra
el Inmaculado Corazón de María!”. Al decir estas últimas palabras abrió de nuevo las
manos como los meses anteriores. El reflejo parecía penetrar en la tierra y
vimos como un mar de fuego y sumergidos en este fuego los demonios y las almas
como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, de forma humana, que
fluctuaban en el incendio llevadas por las llamas que de ellas mismas salían,
juntamente con nubes de humo, cayendo hacia todo los lados, semejante a la
caída de pavesas en grandes incendios, pero sin peso ni equilibrio, entre
gritos y lamentos de dolor y desesperación que horrorizaban y hacían estremecer
de pavor. (Debía ser a la vista de eso que di un “ay” que dicen haber oído.)
Los demonios se distinguían por sus formas horribles y asquerosas de animales
espantosos y desconocidos, pero transparentes como negros tizones en brasa.
Asustados y como pidiendo socorro levantamos la vista a Nuestra Señora, que nos
dijo con bondad y tristeza:
–Habéis
visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas
Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si
hacen lo que yo os digo se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra
terminará pero si no dejan de ofender a Dios en el reinado de Pío XI comenzará
otra peor. Cuando viereis una noche alumbrada por una luz desconocida sabed que
es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes
por medio de la guerra, del hambre, de la persecución de la Iglesia y del Santo
Padre. Para impedir eso vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado
Corazón y la comunión reparadora de los primeros sábados. Si atendieran mis
deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el
mundo, promoviendo guerras y persecuciones de la Iglesia: los buenos serán
martirizados; el Santo Padre tendrá que sufrir mucho; varias naciones serán
aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me
consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de
paz. En Portugal el dogma de la fe se conservará siempre, etc. (Aquí comienza
la tercer parte del secreto, escrita por Lucía entre el 22 de diciembre de 1943
y el 9 de enero de 1944.) Esto no lo digáis a nadie. A Francisco sí podéis
decírselo.
–Cuando recéis el rosario, decid después de cada
misterio: “Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva todas
las almas al cielo, especialmente las más necesitadas.”
Seguía un
instante en silencio y después pregunté:
–¿Usted no
me quiere nada más?
–No, no
quiero nada más por hoy.
Y como de
costumbre comenzó a elevarse en dirección a Oriente hasta que desapareció en la
inmensidad del firmamento.
Cuarta Aparición
Domingo, 19 de agosto, en los
Valinhos
(La
aparición no se realizó el día 13 de agosto en Cova de Iría porque el
Administrador del Concejo apresó y llevó a Vila Nova de Ourem a los pastorcitos
con la intención de obligarles a revelar el secreto. Los tuvo presos en la
Administración y en el calabozo municipal.
Les ofreció
los más valiosos presentes si descubrían el secreto. Los pequeños videntes
respondieron:
–No lo
decimos ni aunque nos den el mundo entero.
Los encerró
en el calabozo. Los presos les aconsejaron:
–Pero decid
al Administrador ese secreto. ¿Qué os importa que esa Señora no quiera?
–¡Eso no
–respondió Jacinta con vivacidad–, antes quiero morir!
Y los tres
niños rezaron con aquellos infelices el rosario, delante de una medalla de
Jacinta colgada de la pared.
El
Administrador para amedrentarlos, mandó preparar una caldera de aceite
hirviendo, en la cual amenazó asar a los pastorcitos si no hacían lo que les
mandaban. Ellos, aunque pensaban que la cosa iba en serio, permanecieron firmes
sin revelar nada. El día 15, fiesta de la Asunción, los llevó por fin a
Fátima.)
Habiendo ya
contado lo que sucedió este día, pasaré a hablar de la aparición que, según mi
opinión, tuvo lugar el día 15 por la tarde. Como todavía no sabía contar los
días del mes, puede ser que me equivoque. Pero tengo la idea de que fue el
mismo día en que volvimos de Vila Nova de Ourem.
Estuvimos
con las ovejas en un lugar llamado Valinhos, Francisco y su hermano Juan,
acompañándome, y sintiendo que algo sobrenatural se aproximaba y nos envolvía,
sospechando que Nuestra Señora nos venía a aparecer y teniendo pena de que
Jacinta quedaba sin verla, pedimos a su hermano Juan que fuese a llamarla. No
quería ir, y le ofrecí dos veintenos y allá se fue corriendo. Entretanto,
Francisco y yo vimos el reflejo de la luz que llamábamos relámpago y al
instante de llegar Jacinta vimos a la Señora sobre la encina.
–¿Qué es lo
que quiere usted?
–Deseo que
sigáis yendo a Cova de Iría en los días 13, que sigáis rezando el rosario todos
los días. El último mes haré el milagro para que todos crean.
–¿Qué es lo
que quiere usted que se haga con el dinero que la gente deja en Cova de Iría?
–Hagan dos
andas, una para ti y Jacinta, para llevarlas con dos chicas más vestidas de
blanco y otra que la lleve Francisco con tres niños más. El dinero de las andas
es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, y lo que sobre es para ayuda
de una capilla que se debe hacer. (Andas usadas en Fátima y otros lugares no
son para transportar imágenes, sino para recoger ofertas en dinero y en
género.)
–Yo quisiera
pedirle la curación de algunos enfermos.
–Sí, a
algunos los curaré durante el año.
Y tomando un
aspecto muy triste, la Virgen añadió:
–Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los
pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quién se sacrifique
y rece por ellas.
Y la Señora
comenzó a subir como de costumbre hacia Oriente.
Quinta Aparición
Jueves, 13 de septiembre
Al
aproximarse la hora fui a Cova de Iría con Jacinta y Francisco entre numerosas
personas (unas treinta mil) que nos dejaban andar sólo con dificultad. Los
caminos estaban apiñados de gente; todos nos querían ver y hablar; allí no
había respetos humanos. Mucha gente del pueblo, y hasta señoras y caballeros,
consiguiendo romper por entre la muchedumbre que alrededor nuestro se agolpaba,
venían a postrarse de hinojos delante de nosotros pidiendo que presentásemos
sus necesidades a Nuestra Señora. Otros, no consiguiendo llegar junto a
nosotros, clamaban de lejos. Uno de ellos:
–¡Por el
amor de Dios, pidan a Nuestra Señora que me cure a mi hijo, que está impedido!
Otro:
–Que me cure
el mío, que es ciego.
Otro:
–El mío, que
es sordo.
–Que me
traiga a mi marido o mi hijo, que están en la guerra; que me convierta un
pecador; que me dé salud, que estoy tuberculoso, etcétera.
Allí
aparecían todas las miserias de la pobre humanidad y algunos gritaban subidos a
los árboles y a las tapias con el fin de vernos pasar. Diciendo a unos que sí,
dando la mano a otros para ayudarles a levantarse del polvo de la tierra, allá
íbamos andando gracias a algunos caballeros que nos iban abriendo camino entre
la muchedumbre. Ahora, cuando leo estas escenas encantadoras del Nuevo Testamento,
del paso de Nuestro Señor por Palestina, pienso en nuestros pobres caminos y
sendas de Aljustrel, Fátima y Cova de Iría, y doy gracias a Dios ofreciéndole
la fe de nuestra buena gente portuguesa. Y pienso si ellos podían humillarse
como lo hicieron ante tres pobres niños, sólo porque eran agraciados de hablar
a la Madre de Dios, ¿qué no harían si pudieran ver a Nuestro Señor mismo en
persona delante de ellos?
Bien, esto
no tiene que ver con la materia; era una distracción de mi pluma que me llevaba
a parte donde yo no quería, una inútil divagación. No lo arranco para no
estropear el cuaderno.
Por fin
llegamos a Cova de Iría, y al alcanzar la encina comenzamos a decir el rosario
con la gente. Un poco más tarde vimos el reflejo de luz y acto seguido, sobre
la encina, a Nuestra Señora, que dijo:
–Continuad
rezando el rosario para alcanzar el fin de la guerra. En octubre vendrá también
Nuestro Señor, Nuestra Señora de los Dolores y del Carmen, San José con el Niño
Jesús para bendecir al mundo. Dios está contento con vuestros sacrificios, pero
no quiero que durmáis con la cuerda puesta; llevadla sólo durante el día.
–Me han
pedido para suplicarle muchas cosas: la cura de algunos enfermos, de un
sordomudo, etc.
–Sí, a algunos curaré, pero a otros no. En octubre haré el milagro para que
todos crean.
Y comenzó a
elevarse, desapareciendo como de costumbre.
(Los niños
tomaron muy a pecho las palabras de la Virgen en agosto, que pedía sacrificios
a los pecadores. Uno de los sacrificios más dolorosos era el de la cuerda que
cada uno de ellos llevaba atada a la cintura. Tanto les hacía sufrir, que
Jacinta a veces hasta lloraba con la violencia del dolor. La Virgen les dijo
con solicitud maternal que de noche no usaran la cuerda para poder disfrutar
del reposo necesario. Otros sacrificios eran no comer la merienda, que
repartían entre los pobres. Dejaban los higos y las uvas. “Teníamos la
costumbre de ofrecer de vez en cuando el sacrificio de pasar una novena o un
mes sin beber. Hicimos una vez este sacrificio en pleno mes de agosto, en que
el calor era sofocante.” Mayores todavía eran los sacrificios que les exigía la
misión que la Virgen les encomendara: las vejaciones, la curiosidad y molestias
de la gente; sus interminables visitas y preguntas, la persecución y la
prisión, y por fin la larga enfermedad de Francisco y, sobre todo, de Jacinta,
a la cual varias veces visitó la Virgen, previniéndola que moriría solita,
después de sufrir mucho.)
Sexta
Aparición
Sábado, 13
de octubre
Salimos de
casa bastante pronto, contando con las demoras del camino. Había gente en masa
(70.000 personas), bajo una lluvia torrencial. Mi madre, temiendo que fuese
aquel el último día de mi vida, con el corazón traspasado por la incertidumbre
de lo que podía ocurrir, quiso acompañarme. Por el camino, las escenas del mes
pasado, más numerosas y conmovedoras. Ni el barro de los caminos impedía a la
gente arrodillarse en actitud humilde y suplicante.
Llegando a
Cova de Iría, junto a la encina, llevada de un movimiento interior, pedí al
pueblo que cerrasen los paraguas para rezar el rosario. Poco después vimos el
reflejo de luz y en seguida a la Virgen sobre la encina.
–¿Qué es lo
que usted me quiere?
–Quiero
decirte que hagan aquí una capilla en honor mío, que soy la Señora del Rosario, que continúen rezando
el Rosario todos los días. La guerra está acabándose y los soldados
volverán pronto a sus casas.
–Tenía
muchas cosas que pedirle: si curaba a los enfermos, si convertía a unos
pecadores, etc.
–Unos, sí; otros, no. Es preciso que se enmienden; que
pidan perdón de sus pecados.
Y tomando
aspecto más triste dijo:
–Que no
ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido.
Y abriendo
sus manos las hizo reflejar en el sol, y en cuanto se elevaba continuaba el
brillo de su propia luz proyectándose en el sol.
He aquí el
motivo por el cual exclamé que mirasen al sol. Mi motivo no era llamar la
atención del pueblo, pues ni siquiera me daba cuenta de su presencia. Fui
inducida para ello por un impulso interior.
(Se da
entonces el milagro del sol, prometido tres meses antes, como prueba de la
verdad de las apariciones de Fátima. La lluvia cesa y el sol por tres veces
gira sobre sí mismo, lanzando a todos los lados fajas de luz de varios colores,
amarillo, lila, anaranjado y rojo. Parece a cierta altura desprenderse del
firmamento y caer sobre la muchedumbre. Al cabo de diez minutos de prodigio
toma su estado normal. Entretanto, los pastorcitos eran favorecidos por otras
visiones.)
Desaparecida
Nuestra Señora en la inmensidad del firmamento, vimos al lado del sol a San
José con el Niño y a Nuestra Señora vestida de blanco con un manto azul. San
José con el Niño parecían bendecir al mundo, pues hacía con las manos unos
gestos en forma de cruz.
Poco
después, pasada esta Aparición, vi a Nuestro Señor y a Nuestra Señora, que me
daba sensación de ser la Virgen de los Dolores. Nuestro Señor parecía bendecir
al mundo de la misma forma que San José. Se disipó esta aparición y me parecía
ver todavía a Nuestra Señora en forma semejante a Nuestra Señora del Carmen.
He aquí la
historia de las Apariciones de Nuestra Señora en Cova de Iría, en 1917.
MÁS
DETALLES
FRANCISCO (11-6-1908
a 4-4-1919)
Las palabras
del Ángel en su tercera aparición: “Consolad a vuestro Dios”, hicieron profunda
impresión en el alma del pequeño pastorcito. “En cuanto a Jacinta, parecía
preocupada con el único pensamiento de convertir pecadores y preservar las
almas del infierno. Él trataba solamente de pensar en consolar a Nuestro Señor
y a la Virgen, que le había parecido estar tan tristes.” (Lucía).
Dominado por
el sentimiento de la presencia de Dios, recibió en la luz que María comunicó a
los videntes en las apariciones, discurría: “Estábamos ardiendo en aquella luz
que es Dios y no nos quemábamos. ¿Cómo es Dios? Esto no lo podemos decir. Pero
qué pena que Él está tan triste; ¡si yo pudiera consolarle!”
En la
enfermedad, confió a su prima: “¿Nuestro Señor aún estará triste? Tengo tanta
pena de que Él esté así. Le ofrezco cuantos sacrificios puedo.”
La víspera
de morir se confesó y comulgó, con los más santos sentimientos. Después de
cinco meses de casi continuo sufrimiento, el 4 de abril de 1919, primer
viernes, a las diez de la mañana, murió santamente el consolador de
Jesús.
JACINTA
(10-3-1910 a 20-2-1920)
Vivía
apasionada por el ideal de convertir pecadores, a fin de arrebatarlos del
suplicio del infierno, cuya pavorosa visión tanto la impresionó.
Alguna vez
preguntaba: “¿Por qué es que Nuestra Señora no muestra el infierno a los
pecadores? Si lo viesen, ya no pecarían, para no ir allá. Has de decir a
aquella Señora que muestre el infierno a toda aquella gente. Verás cómo se
convierten. ¡Qué pena tengo de los pecadores! ¡Si yo pudiera mostrarles el
infierno!”
Antes de
morir, Nuestra Señora se dignó aparecérsele varias veces. He aquí lo que ha
dictado a su madrina Madre Godinho.
Sobre los
pecados
Los pecados
que llevan más almas al infierno son los de la carne.
Han de venir
unas modas que han de ofender mucho a Nuestro Señor.
Las personas
que sirven a Dios no deben andar con la moda.
Los pecados
del mundo son muy grandes.
Si los
hombres supiesen lo que es la eternidad harían todo para cambiar de vida. Los
hombres se pierden porque no piensan en la muerte de Nuestro Señor ni hacen
penitencia.
Muchos
matrimonios no son buenos, no agradan a Nuestro Señor ni son de Dios.
Sobre las
guerras
Nuestro
Señor dijo que en el mundo habrá muchas guerras y discordias.
Las guerras
no son sino castigos por los pecados del mundo.
Nuestra
Señora ya no puede retener el brazo castigador de su Hijo sobre el mundo.
Es preciso
hacer penitencia. Si la gente se enmienda, Nuestro Señor todavía salvará al
mundo; mas si no se enmienda, vendrá el castigo.
Sobre los
sacerdotes
Pida mucho
por los Padres, pida mucho por los Religiosos.
Los Padres
sólo deben ocuparse de las cosas de la Iglesia.
Los Padres
deben ser puros, muy puros.
La
desobediencia de los Padres y de los Religiosos a sus Superiores y al Santo
Padre, ofende mucho a Nuestro Señor.
Pida mucho
por los Gobiernos.
¡Ay, de los
que persiguen la religión de Nuestro Señor!
Si el
Gobierno deja en paz a la Iglesia y da libertad a la religión será bendecido
por Dios.
Sobre las
virtudes cristianas
No ande
rodeada de lujo; huya de las riquezas.
Sea amiga de
la santa pobreza y del silencio.
No hable mal
de nadie y huya de quien hable mal.
Tenga mucha
paciencia, porque la paciencia nos lleva al cielo.
La
mortificación y los sacrificios agradan mucho a Nuestro Señor.
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Durante la
enfermedad (pleuritis purulenta), confió a su prima: “Sufro mucho; pero ofrezco
todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado
de María.”
Al
despedirse de Lucía le hace estas recomendaciones:
“Ya falta
poco para irme al cielo. Tú quedas aquí para decir que Dios quiere establecer
en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María. Cuando vayas a decirlo,
no te escondas. Di a toda la gente que Dios concede las gracias por medio del
Inmaculado Corazón de María. Que las pidan a Ella, que el Corazón de Jesús
quiere que a su lado se venere el Corazón Inmaculado de María, que pidan la paz
al Inmaculado Corazón de María, que Dios la confió a Ella. Si yo pudiese meter
en el corazón de toda la gente la luz que tengo aquí dentro del pecho, que me
está abrasando y me hace gustar tanto del Corazón de Jesús y del Corazón de
María.”
Murió
santamente el 20 de febrero de 1920. Su cuerpo reposa, como el de Francisco, en
el crucero de la Basílica, en Fátima.
LUCÍA
La
Providencia Divina todavía no había terminado la obra encargada a los
pastorcitos. La Virgen dijo a Lucía que “con el fin de prevenir la guerra,
vendré para pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la
comunión reparadora en los primeros Sábados de mes”. Lo pidió a Lucía en 1925,
1926 y 1929. Estando en
Pontevedra, el 10 de diciembre de 1925 se le apareció la Virgen a Lucía
con el Niño Jesús a su lado, subida en una nube de luz. La Virgen puso su mano
en el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su Corazón rodeado de
espinas. Al mismo tiempo, el Niño Jesús dijo: “Ten compasión del Corazón de tu
Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan
a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas.”
Después dijo
Nuestra Señora a Lucía:
“Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los
hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al
menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses en el
primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me
hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el
fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las
gracias necesarias para su salvación.”
El 15 de febrero de 1926, el Niño Jesús se apareció de
nuevo a Lucía, preguntándole si había difundido la devoción a su Santísima
Madre. Lucía le
contó de las dificultades que partían de su confesor y de su superiora. El
Señor respondió:
“Es verdad
que tu Superiora sola no puede hacer nada; pero con mi gracia lo puede todo.”
Lucía le
habló de la confesión para los primeros sábados y preguntó si valía hacerla en
los ocho días. Jesús contestó: “Sí; todavía con más tiempo, con tal que me
reciban en estado de gracia y tengan intención de desagraviar al Inmaculado
Corazón de María.”
En junio de 1929 la Virgen pidió en una aparición la
consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, prometiendo que de este modo se
prevenía la difusión de sus errores y se adelantaba su conversión. Pero sólo el 20 de diciembre de
1940 Lucía recibió permiso para escribir al Santo Padre Pío XII pidiéndole esta
consagración.
Lucía
describe esta aparición de la siguiente manera:
“De repente
toda la Capilla (en las Doroteas de Tuy) se alumbró de una luz sobrenatural, y
una Cruz de luz apareció sobre el altar, llegando hasta el techo. En la
claridad de la parte superior se podía ver la cara de un hombre y su cuerpo
hasta la cintura. En el pecho había una paloma de luz, y clavado en la Cruz
había un cuerpo de otro hombre. Por encima de la cintura, suspendidos en el
aire, podía ver un cáliz y una gran Hostia, en la cual caían gotas de sangre
del rostro de Jesús crucificado y de la llaga de su costado. Estas gotas,
escurriendo en la Hostia, caían en el cáliz. Debajo del brazo derecho de la
Cruz estaba Nuestra Señora de Fátima, con su Corazón Inmaculado en su mano
izquierda, sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas. Debajo
del brazo izquierdo de la Cruz, grandes letras, como si fuesen de agua
cristalina, que corrían sobre el Altar formando estas palabras: “Gracia y
misericordia”.
Entendí que
era el misterio de la Santísima Trinidad que se me enseñó, y yo recibí luces
acerca de este misterio, que no se me permite revelar.
La Virgen me dijo:
“Ha venido el momento en que Dios pide al Santo Padre
que en unión con todos los Obispos del mundo haga la consagración de Rusia a mi
Corazón, prometiendo salvarla por este medio.”
Pío XII cumplió en parte este deseo de la Virgen
consagrando el mundo con mención especial de Rusia, el 31 de octubre de 1942,
al Inmaculado Corazón de María y haciendo la consagración especial sólo de
Rusia el 7 de julio de 1952, con estas palabras:
“Como hace algunos años consagramos todo el género
humano al Corazón Inmaculado de la Virgen, Madre de Dios, así ahora, de un modo
especialísimo, dedicamos y consagramos todos los pueblos de Rusia al mismo
Inmaculado Corazón.”
Decimos “en parte” puesto que no fue en unión con
todos los obispos del mundo.
Tampoco las consagraciones de Pablo VI (1965) y de Juan
Pablo II (1982) fueron completas.
TABLA CRONOLÓGICA
CRONOLOGÍA DE FÁTIMA
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Campo1
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Campo2
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Campo3
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Campo4
|
Campo5
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1917
|
19 DE AGOSTO
|
DOMINGO CUARTA APARICIÓN DE NUESTRA
SEÑORA EN LOS VALINHOS
|
LOS VALINHOS ES UNA FINCA QUE PERTENECIA
A LOS PADRES DE JACINTA Y FRANCISCO
|
AQUEL MISMO DÍA, LUCÍA, FRANCISCO Y EL
HERMANO DE ESTE ÚLTIMO, JOÄO, GUADABAN SUS OVEJAS Y ANTES DE LA APARICIÓN
LUCÍA LE DIO A JOÁO VEINTE CENTAVOS PARA QUE FUESE A BUSCAR A JACINTA
|
1917
|
13 DE JULIO
|
VIERNES TERCERA APARICIÓN DE NUESTRA
SEÑORA EN COVA DE IRÍA.
|
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1917
|
13 DE JUNIO
|
MIÉRCOLES SEGUNDA APARICIÓN DE NUESTRA
SEÑORA EN COVA DE IRÍA
|
Establece la devoción al Inmaculado
Corazón de María.
|
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1917
|
PÁRROCO DE FÁTIMA
|
DON MARKUS FERREIRA
|
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1917
|
13 DE MAYO
|
DOMINGO PRIMERA APARICIÓN DE NUESTRA
SEÑORA EN COVA DE IRÍA
|
(LA COVA DE IRÍA ERA TIERRA QUE
PERTENECÍA A LA FAMILIA DE LUCÍA DOS SANTOS, DONDE LOS TRES NIÑOS
FRECUENTEMENTE APACENTABAN SUS OVEJAS. FUE AQUÍ QUE NUESTRA SEÑORA SE LES
APARECIÓ A LOS TRES VIDENTES)
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|
1919
|
12 DE ENERO
|
visita Fátima.
|
El general Carmona, Presidente de la
República
|
|
1919
|
4 DE ABRIL
|
FALLECE FRANCISCO
|
||
1919
|
28 DE ABRIL
|
Se inicia la construcción de la
Capillita de las Apariciones.
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1920
|
20 DE FEBRERO
|
FALLECE JACINTA
|
a las 22h30 , Jacinta expiraba , la
pobre niña murió solita en la habitación del Hospital de " Doña
Estefania "
|
SU CUERPO FUE TRANSPORTADO A VILA NOVA
DE OURÈM Y LO DEPOSITARON EN EL PANTEÓN DE UNA FAMILIA NOBLE.
|
1920
|
La imagen de Nuestra Señora
|
que se venera en la capilla de las
apariciones, corazón del Santuario de Fátima, fue ofrecida en 1920, tres años
después de las apariciones, por Gilberto Fernández Dos Santos
|
entronizada el 13 de junio del mismo
año. Es obra del escultor José Ferreira Thendim y fue bendecida en la Iglesia
Parroquial de Fátima el 13 de mayo de 1920.
|
No salió en ese día para la capilla de
las apariciones por prohibición de las autoridades oficiales y, por eso, fue
entronizada en la capilla de las apariciones un mes más tarde, el 13 de
junio.
|
1920
|
El día 10 de febrero
|
por deseo expreso del doctor
Lisboa,Jacinta fue conducida al quirófano e intervenida apenas con anestesia
local y le fueron extraídas dos costillas del lado izquierdo, trasladada a la
cama número 60 estuvo soportano continuos sufrimientos .
|
El desenlace final se aproximaba .La
Celestial Señora vuelve a visitarla por última vez , tres días antes de su
muerte y quitándole todos los dolores.
|
|
1920
|
2 de febrero
|
(Jacinta) el día de la Purificación ,
llegó y entró al Hospital de " Doña Estefania " , quedando
internada en el servicio número 5, sala inferior , cama número 38 .
|
El diagnóstico era : pleuresia purulenta
en lagran cavidad izquierda , ostitis de la séptima costilla del mismo lado.
|
|
1920
|
El 21 de enero
|
salió Jacinta para Lisboa y estuvo unos
quince días en el Orfelinato de Nuestra Señora de los Milagros , en la calle
de la Estrella, 17 , viviendo bajo el mismo techo de Jesús Sacramentado.
|
Los días que se encontraba sin fuerzas
para moverse le traían la Sagrada Comunión el párroco de la Basílica del
Sagrado Corazón .Su cuerpo enfermo le atormentaba; pero la Virgen no le
abandonó.
|
|
1921
|
9 de noviembre
|
se descubre una fuente y brota agua a 40
metro del lugar de las apariciones
|
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1921
|
13 de octubre
|
se celebra la 1ª Misa en la Capellina
|
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1921
|
13 DE OCTUBRE
|
Se permite por primera vez celebrar la
Santa Misa.
|
||
1921
|
17 DE MAYO
|
Entrada de Lucia en las hermanas de
Santa Dorotea de Vilar.
|
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1922
|
6 de marzo
|
dinamitaron la Capellina
|
5 bomba fueron colocadas, pero
milagrosamente la colocada juntoa los resto de la bendita encina no haría
explosión
|
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1925
|
10 de diciembre
|
en Pontevedra, Nuestra Señora le reveló
a la joven monja postulante la promesa de los Cinco Primeros Sábados
|
||
1926
|
15 de febrero
|
se aparece a Lucía el niño Jesús
|
le pregunta si ya a propagado la
devoción al Corazón de su Santísima Madre
|
|
1928
|
13 de mayo
|
es bendecida la primera piedra de la
Basílica
|
proyecto del arquitecto holandés
Kriechen
|
|
1928
|
13 DE MAYO
|
colocación de la primera piedra de la
basílica.
|
||
1928
|
3 DE OCTUBRE
|
Lucia hace sus primeros votos en las
hermanas Santa Dorotea de Vilar.
|
||
1928
|
3 de octubre
|
la hermana Lucíahace en Tuy los primeros
votos simples
|
||
1930
|
13 DE OCTUBRE
|
El obispo de Leira declara dignas de fe
las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima.
|
||
1930
|
13 de octubre
|
el Obispo de Leiría de Fátima declara
como dignas de créditos las visiones
|
después de 13 años de riguroso estudios
|
|
1931
|
13 DE MAYO
|
Primera consagración de Portugal al
Inmaculado Corazón de María, hecha por el Episcopado Portugués, siguiendo el
mensaje de Fátima.
|
||
1934
|
3 DE OCTUBRE
|
Votos perpetuos de Lucia.
|
||
1935
|
SEPTIEMBRE
|
JACINTA FUE ENTERRADA EN EL CEMENTERIODE
FÁTIMA
|
||
1942
|
31 DE OCTUBRE
|
-Pío XII, hablando en portugués por la
radio, consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María, haciendo mención
velada de Rusia, según deseo de Nuestra Señora.
|
||
1946
|
13 DE MAYO
|
La estatua de Nuestra Señora de Fátima
ubicada en la capillita es coronada por el Cardenal Marsella, Legado
Pontificio.
|
La corona fue ofrecida por las mujeres
portuguesas en agradecimiento por haber librado a Portugal de la Segunda
Guerra Mundial. Acaba la construcción de la basílica.
|
|
1946
|
LUCÍA
|
después de una breve visita a Fátima,
entró al convento de las Hermanas Carmelitas de Coimbra, donde aún reside
bajo el nombre de Santa María Lucía del Inmaculado Corazón.
|
||
1947
|
13 DE MAYO
|
Comienzan los viajes de Ntra. Señora de
Fátima por el mudo.
|
||
1948
|
13 DE MAYO
|
Entra Lucia en las Carmelitas de
Coimbra.
|
||
1951
|
1 DE MAYO
|
JACINTA RECIBIÓ SEPULTURA DEFINITIVA EN
LA BASÍLICA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
|
EN PRESENCIA DE SUS PADRES
|
|
1952
|
13 DE MAYO
|
Pío XII consagra los pueblos de Rusia al
inmaculado Corazón de María.
|
||
1953
|
7 de octubre
|
sería terminada y consagrada la Basílica
|
||
1956
|
El Cardenal Roncalli, patriarca de
Venecia y posteriormente Papa Juan XXIII, preside la peregrinación
internacional.
|
|||
1960
|
Comienza la adración Perpetua del
Santísimo Sacramento en el Santuario de Fátima.
|
|||
1964
|
- Pablo VI concede la Rosa de Oro al
Santuario de Fátima.
|
|||
1967
|
13 DE MAYO
|
El Papa Pablo VI viaja a Fátima en el
cincuentenario de la primera aparición para pedir la paz del mundo y la
unidad de la Iglesia.
|
||
1977
|
Albino Luciani, Patriarca de Venecia y
posteriormente Papa Juan Pablo I visita el Santuario de Fátima.
|
|||
1982
|
El Santo Padre Juan Pablo II viaja a Fátima
como peregrino para agradecer el haber salido bien del brutal atentado
sufrido exactamente un año antes en la plaza de San Pedro
|
de rodillas consagra la Iglesia, los
hombres y los pueblos, al Inmaculado Corazón de María, haciendo veladamente
mención de Rusia.
|
||
1983
|
8 DE DICIEMBRE
|
Juan Pablo II envía una carta a todos
los obispos para que remueven en unión con él la consagración del mundo al
Inmaculado Corazón de María
|
que lo hagan el 25 de marzo de 1984, Año
Santo de la Redención Así se hizo y, después, Sor Lucia dijo que se había
hecho según el deseo de Ntra. Señora de Fátima y que era definitiva.
|
|
1984
|
25 DE MARZO
|
En la Plaza de San Pedro, delante de la
Imagen de la Virgen, Juan Pablo II consagra una vez más, el mundo al
Inmaculado Corazón de María
|
en unión con todos los obispos del mundo
que previamente habían sido notificados para que se uniesen con Su Santidad
en esta consagración. Más tarde Lucía confirma que esta consagración
satisface la petición hecha por la Virgen.
|
|
1989
|
- Decretos de heroicidad en las virtudes
de los siervos de Dios Francisco Marto y Jacinta Marto.
|
|||
1989
|
9 DE SEPTIEMBRE
|
- Se produce la caída del muro de
Berlín.
|
||
1991
|
13 DE MAYO
|
El Santo Padre Juan Pablo II vuelve a
Fátima por segunda vez como peregrino, en el décimos aniversario de su
atentado.
|
||
1997
|
7 DE JUNIO
|
Juan Pablo II consagra en Zakosparre
(Polonia) un Santuario dedicado a la Virgen de Fátima.
|
¿Qué nos pide Nuestra Señora en Fátima?
Conversión, oración, penitencia, y la consagración al Inmaculado Corazón de María.
No hay oración bien hecha ni penitencia sino se hace desde la conversión.
“hablar de conversión es hablar de cristianismo, conversión es encuentro personal con Jesús, es dar un giro total, entregarse y dejar de ser uno mismo ", “Orar, " convertirse “, sacrificarse y reparar. He aquí las ideas sobre las que gira todo el Mensaje de Fátima. El tema de " la conversión " es clave en el Mensaje de Cristo en su Evangelio:" Convertíos, porque está cerca el Reino de los Cielos " (Mt 3,1)
La oración que sale del corazón es la llave de los milagros; la oración eficaz es cuando nos entregamos a la voluntad y al amor de Dios, siendo el Rosario la oración más hermosa, la más rica en gracias y la que más conmueve el Corazón de la Madre de Dios. Mientras es honrada la Madre, el Hijo es conocido, amado y glorificado.
“el Rosario aunque se distingue por su carácter Mariano, es una oración centrada en la Cristología” (J.PABLO II)
El mensaje de Fátima es un llamamiento a la penitencia, es decir a la fe y a la conversión.
Con la ayuda de la oración (el Rosario), con la consagración a su Corazón Inmaculado y con la Comunión eucarística reparadora, nosotros podemos avanzar por el camino de la salvación, sin olvidar de hacer sacrificios a Dios `para repararlos pecados que le ofenden; de todo hacer sacrificios, acepta con resignación los sufrimientos que Dios nos mande y soportarlos con paciencia.
LO QUE DICE LUCÍA LA VIDENTE DE FÁTIMA
• Es una oración celestial.
"El Rosario es, después de la Santa Misa, lo que mas nos une a Dios por la riqueza de las oraciones de que está compuesto. Todas ellas vienen del cielo, dictadas por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo." Carta a M. Martins.
• Es una oración Trinitaria.
"El Gloria que rezamos entre las decenas del Rosario fue dictado por Dios Padre a los Ángeles en Belén, y es un himno a la Santísima Trinidad". Ibid.
El Padrenuestro fue dictado por el Hijo, y se dirige al Padre.
El Avemaría se compone primero de la oración dictada por el Padre al Ángel, mas la oración dictada por el Espíritu Santo a Isabel, y la segunda parte: ´Ruega por nosotros pecadores´ es la oración dictada por el mismo Espíritu a la Iglesia.
• Es una oración Eucarística.
"María fue el primer tabernáculo donde el Padre mostró al Hijo. Los pastores y los Reyes Magos adoraron a Jesús en brazos de María. Yo no sé si se puedan encontrar palabras más sublimes y apropiadas para rezar enfrente del Santísimo Sacramento". Carta a M. Martins.
LO QUE DICE JUAN PABLO II
"Sabéis que es necesario rezar y debéis hacerlo meditando y recordando lo que Jesús ha hecho y sufrido por nosotros: los misterios de su infancia, de su pasión y su muerte, y de su resurrección gloriosa. Recitando vuestro misterio o decena, seguís la inspiración del Espíritu Santo que, instruyéndolos interiormente os lleva a imitar más de cerca a Jesús, haciéndonos rezar con María, y sobre todo, como María"....El Rosario es por tanto una oración cristológica por que es una meditación en los misterios de la vida de Jesús....
• Es una oración celestial.
"El Rosario es, después de la Santa Misa, lo que mas nos une a Dios por la riqueza de las oraciones de que está compuesto. Todas ellas vienen del cielo, dictadas por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo." Carta a M. Martins.
• Es una oración Trinitaria.
"El Gloria que rezamos entre las decenas del Rosario fue dictado por Dios Padre a los Ángeles en Belén, y es un himno a la Santísima Trinidad". Ibid.
El Padrenuestro fue dictado por el Hijo, y se dirige al Padre.
El Avemaría se compone primero de la oración dictada por el Padre al Ángel, mas la oración dictada por el Espíritu Santo a Isabel, y la segunda parte: ´Ruega por nosotros pecadores´ es la oración dictada por el mismo Espíritu a la Iglesia.
• Es una oración Eucarística.
"María fue el primer tabernáculo donde el Padre mostró al Hijo. Los pastores y los Reyes Magos adoraron a Jesús en brazos de María. Yo no sé si se puedan encontrar palabras más sublimes y apropiadas para rezar enfrente del Santísimo Sacramento". Carta a M. Martins.
LO QUE DICE JUAN PABLO II
"Sabéis que es necesario rezar y debéis hacerlo meditando y recordando lo que Jesús ha hecho y sufrido por nosotros: los misterios de su infancia, de su pasión y su muerte, y de su resurrección gloriosa. Recitando vuestro misterio o decena, seguís la inspiración del Espíritu Santo que, instruyéndolos interiormente os lleva a imitar más de cerca a Jesús, haciéndonos rezar con María, y sobre todo, como María"....El Rosario es por tanto una oración cristológica por que es una meditación en los misterios de la vida de Jesús....
Que Nuestra Señora de Fátima, cuyo ruego
poderoso es Gracias y bendición, ruegue por nosotros.
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